viernes, 11 de febrero de 2011

EL ORDEN DE LOS HERMANOS EN LAS FAMILIAS CONSTELACIONES Y NUMEROLOGÍA.


EL ORDEN DE LOS HERMANOS EN LAS FAMILIAS
CONSTELACIONES Y NUMEROLOGÍA.

Cuando alguien nace en una familia tiene un lugar que solo es ocupado por él y que es irremplazable. Y con eso quiero decir que las personas que no llegan a nacer o que solo viven horas, o días, ocupan ese lugar y por muchos hermanos que nazcan, ese puesto es de él. Reconocer que ese Ser ha pertenecido a ese sistema, a la familia, es básico para que las cosas estén en su sitio.


El conocer que lugar es el nuestro, es muy importante porque en nuestro sistema familiar llevaremos a cabo una labor que solo pertenece al lugar que ocupamos y que nadie hace por nosotros.

Cuando nacemos en primer lugar somos los primeros, los que abrimos los caminos para los hermanos, los que vamos a empezar a establecer las normas para los que vienen detrás. Y contando que el número 1 es masculino, energético, audaz, lanzado, impulsivo llevaremos la energía de acción y de resolución en la familia. Querremos ser reconocidos como el primero y buscaremos ese honor en la familia, sino lo conseguimos buscaremos ser vistos fuera. Cuando hay algún problema con los padres ó se hacen mayores vamos a asumir la responsabilidad de los hermanos y tomaremos las riendas de esa familia. Vamos a querer seguir los pasos del padre. Podemos ser tiranos, creídos, y dominantes.

Al segundo nos toca otro papel. La energía es femenina, pasiva, lenta, callada, dulce, sensible. Pasamos mucho más desapercibidos y seguimos los pasos del hermano mayor. 

Somos mucho más sensibles y necesitamos el apoyo de otra persona. Buscaremos la armonía más con la madre, y necesitaremos esa simbiosis. Podemos tener problemas de autoestima, falta de acción, muchos miedos y dudas en todo lo que hacemos y como no soportamos los conflictos nos lo callamos todo.

Por ser el tercero nos va el juego, la alegría, el pasárselo bien y seremos niños mimados porque necesitamos de nuestro público para ser feliz. Querremos que cuando en la familia estemos todos juntos haya diversión, seremos los que explicamos chistes y en momentos de tensión la bajaremos poniendo humor. Nos gusta hablar, cantar, somos el artista de la familia. Los más inocentes, nos cuesta crecer. Los hermanos van a ocupar una faceta muy importante. Por otro lado podemos ser muy tímidos, tristes, apagados.

Ser el cuarto trae mucha responsabilidad porque queremos seguir fiel a las tradiciones, las reglas de cómo deben hacerse las cosas y tener a toda la familia unida. Si la estructura familiar no esta firme somos los que más sufrimos y podemos somatizarlo en nuestros huesos. Somos los más conservadores y si hay un oficio que la familia ha seguido seguramente seremos el que cojamos el relevo. Podemos convertirnos en personas muy rígidas con el orden, la disciplina, ó pasarnos al otro extremo ser los más desordenados de todos.

El quinto, el guerrero, somos el rebelde de la familia, la oveja negra, no es tarea fácil pero es el papel que nos toca como hermano. Tenemos una energía curiosa, aventurera, y queremos romper con las reglas, marcharnos lejos, salir del núcleo y nos atrevemos a vivir todo lo que no se han atrevido antes nadie. Puede suceder que no podamos romper con los límites y la seguridad volviéndonos inmóviles pero llenos de frustración y rabia.

Sin somos el sexto somos sensibles, tiernos, dulces, excesivamente emocionables y vulnerables. Queremos la armonía a nuestro alrededor aunque con ello lleguemos al auto sacrificio. Podemos convertirnos en manipuladores con el fin de que los lazos no se rompan.

Nuestro puesto como séptimo nos da dones de intelectuales, misteriosos, cerrados, investigadores que nos gusta meditar, estar solos y que tenemos un mundo interior muy lleno. Podemos ser generales de mando con demasiada rigidez en el pensar, intolerantes y creídos.

Estar en el puesto octavo nos convierte en los más fructíferos a nivel material, los más estrategas y ambiciosos. Fructificaremos los negocios por esa gran habilidad en llevar las cuentas. Podemos perderlo todo por exceso y también por el orgullo.

Al noveno nos va la humanidad entera y querremos irnos a salvar el mundo en cuanto podamos. Tenemos una gran imaginación y muchas ideas aunque nos cuesta muchísimo materializarlas. Podemos entrar en un mundo imaginario que nos haga perder la cabeza.

Si llegamos en una familia al lugar del décimo vamos a tener la energía más concreta y energética de todos. Somos líderes, energéticos, audaces, egocéntricos, con una capacidad para mandar y llevar al mundo de la materia todo lo que se nos ocurra. Podemos volvernos tiranos, creídos y prepotentes.




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Rosa Maria Hernández Morant
http://www.rosamariahernandez.com/
http://rosamhernandez.blogspot.com

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